miércoles, 4 de abril de 2012

Y los hombres descubrieron la tristeza y les gustó














Después de la ciudad
su calma y sus desastres
está esta locura sutil
esta prisa injustificada
que ya no duerme y descansa

Fuimos  niños
eramos astronautas,  pintores y poetas
Fuimos niños
nada de fatalidades y romanticismos

Con oculta exaltación
eramos felices
entre aguaceros y charcos
No sabíamos nada de amor y cataclismos
ni nos asustaba la inmediatez de nuestros cuerpos

Después de la ciudad
estabas tú
eras mi país
y mi refugio

Queda la astucia
pero la melancolía es traidora
Y la ciudad se agita.

Queda el silencio
porque narrar la vida
con palabras es insensatez

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