miércoles, 27 de enero de 2010
Tengo tu risa colgando de mi cuello, tu beso sudando en mi frente.
Te invito a recordar un par de labios pero te quedas estampado a mi mejilla.
Y recuerdo que esto que se mueve violentamente dentro de mi quiere ser tuyo. Te lo regalo.
Me tienes ahogada en un abrazo encajado. Los huesos tienen fiesta, descansa mientras se emborrachan de guerra. El soldado en mi cabeza gritándome que no creo en el amor, que vaya a volar barriletes a mi garganta donde un ¨Te quiero¨ no encuentra con quien jugar.
Mi amor está en guerra porque no encuentra
paz en tus brazos, nos arañamos el alma con
esta absurda intensidad que ha parido la soledad...
Soledad que me deja el pulso débil
mientras escucho tu respirar agónico... y nos alienta las ganas
de acariciarnos el corazón.
Corazón que se agota de exprimir fuerzas y sanar heridas...
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2 comentarios:
yo tengo la teoría que el corazón no se agota de sanar sus heridas, sino más bien ese es también su trabajo, como latir. Un abrazo.
Éste me gustó. Especialmente lo de los huesos en fiesta y que se emborrachan de guerra.
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